Frente a los problemas, cada vez más numerosos, en las instalaciones de calefacción y sanitarias (acumulaciones de lodos, piedra caliza, corrosión...), Gérard Pierard, el jefe, inició investigaciones para poner a punto un aparato o un producto que resultaría realmente eficaz.
Después de varios intentos probados por la Econergia PIERARD, se encontró una solución en 1989. Ésta combina las características de diferentes productos. Así nació la primera versión del Cristalinn, disponible en maceta. Más tarde, en 1996, otra versión, llamada el Cristalinn System aparece con macetas y un capó, una forma que lo diferencia de los otros filtros de la época.